A todos nos pasa, mientras que haya que decir, sí o no, todo va bien. El problema es cuando quieres decir una palabra en concreto, el nombre de una bombilla, de un enchufe. O cuando, jugando al Palabras Encadenadas vas a decir tu palabra y no te entiende. Y más rabia da cuando ves que te la sabías.
Al fin y al cabo es un robot, aunque hable, es una máquina y tiene sus restricciones y preferencias.
- Ruido de fondo: no le gusta nada, si tienes la televisión cerca y está encendida, verás como le cuesta más entenderte.
- Conversación en grupo: si hay más de una persona hablando, se lia. Hay que muy nórdico, primero habla uno y todos los demás esperan en silencio a que acabe. Cuando Alexa está escuchando, se enciende un círculo azul y la parte más clara apunta en la dirección de donde viene la voz que está escuchando. Si hablan varias personas a la vez, escuchará más a una de ellas y también, aunque menos, a todas las demás. Lo dicho, estilo nórdico.
- Vocalizar: hay que hablar de manera clara, sin ahorrarse letras. No hay que hablar rápido, pero tampoco lento, si no, se pueden identificar como varias palabras separadas.
- Acentos: los acentos los entiende bien, a los que estuvimos en la fase previa al lanzamiento comercial se nos pidió que diéramos información que les permitiese identificar el acento que tenemos: donde vivimos, donde nos criamos …. Pero ojo, una cosa es el acento y otra cosa es ahorrarse letras.
- No espera, que digo … : aquí no hay marcha atrás, si has dicho una palabra o frase, dicha queda. No vale arrepentirse. Hay que pensar qué vas a decir antes de decirlo, si no estás segura, mejor espera.
- Quiere ser el centro: el aparato tiene micrófonos en todas direcciones, si está contra una pared o, peor en un rincón, está desaprovechando buena parte de su capacidad. El sitio ideal es en el centro de una mesa.